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Boinas La Encartada no es un museo al uso, podría incluirse sin ningún complejo en la lista de los museos más peculiares de Europa. En pocas fábricas convertidas en museos podrás visitar el bloque de viviendas de los trabajadores o la escuela a la que acudían sus hijos, pudiendo recrear la vida de los obreros que trabajaban en La Encartada.

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Una de las sensaciones que te invade al entrar en el complejo es la nostalgia, y seguramente no te abandone hasta que te vayas, así que disfruta de ella, una chispa de melancolía de vez en cuando no viene mal ;)

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Hasta hace apenas 25 años la fábrica estaba en pleno rendimiento, siendo una de las muchas fábricas que impulsaron y aceleraron la revolución industrial en Euskadi.

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Los edificios y su maquinaría se han mantenido intactos desde su inauguración allá por el s. XIX, de hecho, tal y como nos explica la guía durante la visita, la mitad de las máquinas del museo funcionan gracias a la buena conservación y su calidad.

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Boinas La Encartada esconde muchos más secretos y curiosidades que te sorprenderán: ¿por qué no utilizaban la lana de la oveja latxa, tan común en la zona?, o ¿qué importancia tuvo el río Cadagua para la fábrica?

 

Estas preguntas y muchas más te las resolverá la guía durante la visita, ¡seguro que te sorprendes!