¿Conocías la historia de los famosos bizcochos de Areatza inspirados en la Guardia Civil?
Pongámonos en situación.
Areatza nace debido a una razón económica. En el año 1338, María Díaz de Haro construyó esta villa como punto de control de las mercancías que circulaban desde el puerto de Barazar hasta la costa. El pretexto de esta decisión era proteger el género transportado que circulaba por ese área pero ¿y el objetivo? Lo que “La Buena” realmente pretendía, era atribuir aranceles a cada uno de los mercaderes que transitaban la zona.
Tras su fundación en el mencionado punto estratégico, en el siglo XVI se crearon más de una docena de ferrerías originando una mayor tasa de riqueza en la villa. Más adelante, tras la construcción de un nuevo camino que evitaba transitar por el centro de la localidad y la llegada del Tranvía de Arratia, Areatza comenzó a crear comercio y alojamientos para los visitantes. La villa comenzaba a recibir turismo.
La localidad de Areatza se hizo, con facilidad, un hueco en el turismo. Más concretamente, en el turismo termal.
La inauguración del Balneario, situado en las faldas del monte Gorbea, fue el tesoro que logró reinventar el municipio. Por aquel entonces, se daba gran importancia a este tipo de turismo y Areatza aprovechó esta oportunidad ofreciendo sus aguas sulfurosas y los aires curativos procedentes del Gorbea.
A finales del siglo XIX, esta localidad ya se consideraba capital y centro comercial de la Merindad de Arratia.
Lo más curioso de este lugar en aquella época, es que entre las ferias de ganado, comercios y como no, confiterías, se encontraba un cuartel de la Guardia Civil. Pero ¿esta es la curiosidad? Pues no. Lo curioso de esta historia es que uno de los confiteros de la zona comenzó a elaborar un bizcocho con la forma de los tricornios de los gendarmes.
Pronto todas las confiterías hicieron que se convirtiera en seña de identidad autóctona de Areatza así como los kokotes de Markina, las tejas de Tolosa o los malvaviscos de Santiaguito. Estos bizcochos tuvieron su público conocido como los jugadores del Athletic, que paraban en la villa arratiana después de jugar en otras ciudades o los mendizales atraídos por las rutas hacia el Gorbea.
Unos años después, tras la Guerra Civil, decayó la producción de este bizcocho en todas las confiterías de la zona y, aunque muchos trabajadores decidieron retomar la tradición y responder a la demanda de los clientes de toda la vida, en 1990 “casi” se vende el último “Guardia Civil”.
Y ese “casi” es debido a la insistencia de Victor Sierrasesumaga, hijo de uno de los antiguos confiteros de Areatza, y el grupo Ipizki Taldea por devolver a la villa uno de sus iconos gastronómicos.
Ahora bien, tras conocer la historia de este bocado tan especial, existen 2 opciones que tu paladar agradecerá. Una de ellas es acercarse a la panadería Zamakona en Areatza y probar este manjar mientras paseas por sus calles históricas y renuevas tus pulmones con el aire procedente del mismísimo Gorbea. O puedes dejar también la renovación en manos de los chorros a presión y las burbujas de su Balneario.
Eso queda a tu elección.
La segunda opción para degustar este bizcocho es colocándote un delantal y preparándote para ensuciar la cocina. Sí, sí como lo lees. Aquí tienes el secreto de los confiteros de Areatza:
RECETA BIZCOCHO GUARDIA CIVIL (18 unidades)
12 huevos, 250gr azúcar, 250gr harina y manteca
Bizcocho:
1. Separa las claras de las yemas
2. Bate las yemas con 125gr de azúcar
3. Monta las claras a punto de nieve fuerte y añade 125gr de azúcar en forma de lluvia
4. Mezcla los 2 batidos (yemas y claras) y añade 250gr de harina
5. Prepara planchas rectangulares con papel Kraft, vierte la masa y… ¡al horno!
6. Una vez cocidos, corta la masa en forma de triángulo
Baño:
1. Prepara ¼ de litro de claras de huevo y únelas a 600gr de azúcar
2. Bate hasta lograr un blanco perfecto
3. Cubre con la mezcla una cara del bizcocho y mételo en el horno hasta que se seque
4. Repite la operación por el otro lado
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